jueves, 28 de mayo de 2015

VIIIas Jornadas de Historia de las Izquierdas: Marxismos latinoamericanos Tradiciones, debates y nuevas perspectivas desde la historia cultural e intelectual

Buenos Aires, Argentina, 18, 19 y 20 de noviembre de 2015

Organiza

Centro de Documentación e Investigación
de la Cultura de Izquierdas /
Universidad Nacional de San Martín


Comité académico

Carlos Aguirre (University of Oregon, Estados Unidos), Claudio Batalha (UNICAMP, Brasil)
Martín Bergel (UNQ/CeDInCI/Conicet, Argentina), Bruno Bosteels (Cornell University, Estados Unidos), Juan Carlos Celis Ospina (Universidad Nacional de Colombia), Valeria Coronel (Flacso, Ecuador), Laura Fernández Cordero (CeDInCI/UNSAM/Conicet, Argentina), Stefan Gandler (UNAM, México), Bruno Groppo (CNRS, Francia), Dainis Karepovs (Centro de Documentação do Movimento Operário Mario Pedrosa, Brasil), Michael Löwy (CNRS, Francia), Ricardo Melgar (INAH, México), Massimo Modonesi (UNAM, México), Adriana Petra (CeDInCI/UNSAM/Conicet, Argentina), Andrey Schelchkov (Instituto de Historia Universal de la Academia de las Ciencias, Rusia), Horacio Tarcus (CeDInCI/UNSAM/Conicet, Argentina), Olga Uliánova (USACH, Chile), Víctor Vich (IEP/PUCP, Perú)


Comité Organizador
Martín Bergel (UNQ/CeDInCI/Conicet), Natalia Bustelo (CeDInCI/UNSAM, UBA/ Conicet), Mariana Canavese (CeDInCI/UNSAM, UBA/Conicet), Adrián Celentano (FHCE/UNLP), Laura Fernández Cordero (CeDInCI/UNSAM/Conicet), Lucas Domínguez Rubio (CeDInCI/UNSAM/Conicet), Diego García (Universidad Nacional de Córdoba), Adriana Petra CeDInCI/UNSAM/Conicet), Ariel Petruccelli (Universidad Nacional del Comahue)

Primera circular


Ha transcurrido un siglo y medio desde que llegaron a América Latina los incipientes ecos de la Asociación Internacional de los Trabajadores. Con ellos y detrás de ellos, el nombre de Karl Marx aparecía por primera vez en la prensa del continente. Era el comienzo de una historia compleja, signada por los más intrincados procesos de recepción, adaptación, traducción, aclimatación, aculturación, hibridación o antropofagización, según ha querido pensárselos desde perspectivas diversas. Si dejamos afuera las visiones más simplistas y exteriores de la relación entre Marx y América Latina (una de ellas es la que concibe al marxismo como una teoría universal disponible para su aplicación en cualquier tiempo y lugar; la otra es la que lo data y lo localiza de modo tan radical que termina reduciéndolo a una astucia de la razón eurocéntrica), descubrimos una historia densa en lecturas, usos y apropiaciones, rica en perplejidades y malentendidos, encuentros y desencuentros.

Es hoy un saber aceptado que las relaciones entre Marx y América Latina nacieron bajo la forma de un doble desencuentro: el de Marx con América Latina —cuyo revelador más evidente fue su diatriba contra Bolívar, por no hablar de los textos de Engels sobre la invasión francesa a México— y el de América Latina con Marx —si traemos a cuento aquel texto de Martí de 1883 que rendía honores a Marx por haberse puesto del lado de los humildes, pero le reprochaba predicar el odio de clases y no la religión del amor. La negación de este desencuentro llevó a los comunismos más dogmáticos a reducir la compleja realidad histórica y geográfica del continente a los esquemas del marxismo realmente existente; mientras que su afirmación como términos por principio excluyentes condujo a los populismos latinoamericanos a la celebración de una excepcionalidad cultural irreductible a categorías universales. Sin embargo, entre una y otra postura extrema y a expensas de ambas, fue entretejiéndose a lo largo de un siglo y medio una densa red de marxismos latinoamericanos en las culturas nacionales del continente, al punto tal que, como señalaba Adolfo Sánchez Vázquez en 1988, el marxismo terminó por convertirse en América Latina “en un elemento sustancial de su cultura”. Sin atender a sus diversas dimensiones, formas y figuras, sostenía entonces el filósofo hispano-mexicano, no podría escribirse la historia de las ideas en América Latina.

Desde luego que la historia de los marxismos latinoamericanos no comienza hoy. En 1980 surgieron los ensayos pioneros que se propusieron pensarlos en la media duración del siglo XX. Michael Löwy trazó entonces una historia que atendió sobre todo a la dimensión política de los marxismos y sus debates estratégicos; José Aricó ensayó por la misma época una periodización más amplia, que remontaba a las últimas décadas del siglo XIX y se centraba en los procesos de recepción y difusión del marxismo en América Latina, mientras que Sánchez Vázquez y Raúl Fornet-Betancourt propusieron algunos años después, y cada uno por su lado, historias filosóficas del marxismo latinoamericano. En todos estos relatos le cupo al marxismo del peruano José Carlos Mariátegui un rol fundacional y al período de hegemonía comunista una función de estagnación, mientras que se le asignaba al ciclo iniciado en 1959 con la Revolución cubana una renovación que consistía al mismo tiempo una restauración (un nuevo intento de “naturalizar el marxismo en América Latina”). Esta negación de la negación alcanzaba su clímax en el marxismo del Che Guevara.

Estos estudios se nos aparecen hoy tan imprescindibles como insuficientes. Sin desconocer su deuda con ellos, los desarrollos recientes en el campo de la historia de los intelectuales han puesto el foco en ciertas figuras de algún modo descentradas respecto de estos grandes relatos, como El marxismo olvidado en la Argentina (1996) de Horacio Tarcus, que se ocupaba de Silvio Frondizi y Milcíades Peña, cuya heterodoxia y productividad teórica ya se habían desplegado antes del estallido de la Revolución cubana; De Ingenieros al Che (2000) de Néstor Kohan, que se esforzaba en identificar gestos de heterodoxia e intentos de creatividad detrás de la ortodoxia comunista, o Marxismo crítico en México (2007) de Stefan Gandler, que presentaba el carácter periférico de dos filósofos como Sánchez Vázquez y Bolívar Echeverría, no como desventaja sino como condición para la producción de un marxismo no eurocéntrico.

En la misma perspectiva, toda una serie de nuevos estudios desarrollados en los últimos veinticinco años al amparo de la historia intelectual se descentraron de los nombres de las grandes figuras políticas o teóricas para atender a procesos culturales de mayor amplitud que involucran no sólo las figuras extremas —de un lado, el filósofo productor (Marx), y de otro, sus grandes lectores periféricos como Mariátegui y el Che—, sino toda la cadena de mediadores, involucrando figuras “secundarias” y géneros “menores”, visibilizando así la labor de las y los editores, traductores, libreros, educadores, divulgadores, periodistas... Las disimetrías entre la producción del centro y los consumos de la periferia son reinterpretadas en los términos de la circulación internacional de las ideas, con sus procesos de recepción activa y selectiva, con sus operaciones de cita y de marcado. El foco que los grandes relatos ponían en los autores individuales se refracta en un haz que busca iluminar la producción de los colectivos intelectuales, como por ejemplo las revistas. Basta pensar en los marxismos que ponen en circulación las diversas Claridad (las dos de Buenos Aires, la de Santiago y la de Lima), o en caso de las revistas propiamente marxistas, las sucesivas Dialéctica (la argentina de Aníbal Ponce de 1936, la cubana de Carlos Rafael Rodríguez de 1942 o la mexicana de Vargas Lozano de 1976), o las revistas marxistas de la nueva izquierda, desde Pasado y Presente de Córdoba hasta Cuadernos Políticos de México, pasando por Argumentos de Bogotá o Pensamiento Crítico de La Habana.

Desplazando la noción de influencia propia de la historia de las ideas, la noción de recepción, ya presente en los ensayos de Aricó y de Fornet-Betancourt, fue adquiriendo relevancia creciente en los estudios de historia intelectual de los marxismos latinoamericanos. El propio Aricó principió con La cola del diablo. Itinerario de Gramsci en América Latina (1988), abriendo una senda que se enriqueció doce años después con los estudios reunidos por Dora Kanoussi en el volumen Gramsci en América (2000). A ellos siguieron diversos ensayos de recepción como el de Marcelo Alvarado sobre Labriola en Chile (2006) o el de Isabel Loureiro sobre Rosa Luxemburgo no Brasil (2008). Esta noción iba a adquirir centralidad en la obra colectiva más ambiciosa de este género: la História do marxismo no Brasil (1991-2007), que consagra buena parte de sus seis volúmenes a los procesos de recepción que provocaron en el país del Amazonas las grandes revoluciones, desde la Rusa hasta la Cubana, o que suscitaron los marxismos del siglo XX, de Lenin a Mao, pasando por Trotsky, Lukács, Gramsci y Althusser. Por su parte, en su Marx en la Argentina (2007), Tarcus propuso una conceptualización de la noción de recepción al mismo tiempo que ofreció un estudio sobre los primeros lectores obreros, intelectuales y científicos del autor de El Capital en las últimas décadas del siglo XIX.

Ahora bien: si los nuevos desarrollos, centrados en figuras, formaciones o experiencias nacionales del marxismo latinoamericano enriquecen, complejizan o discuten con beneficio de inventario los relatos elaborados hace décadas por Aricó, Löwy, Sánchez Vázquez o Fornet-Betancourt, lo que han ganado en profundidad lo han perdido en perspectiva continental. Esta ausencia se hace más resonante en la História do marxismo no Brasil, la obra más ambiciosa de la nueva producción. Ciertamente, somos conscientes de que la unidad cultural de América Latina es, antes que una realidad, un deseo o una utopía. Y así como perdió vigencia la pregunta por la “filosofía latinoamericana”, deberíamos  tener precaución  a la hora de dar por presupuesto un “marxismo latinoamericano”. Por eso hablamos aquí de “marxismos latinoamericanos” en plural. Sin embargo, tampoco estamos pensando en los marxismos latinoamericanos como una mera suma de experiencias nacionales, sino en procesos diversos pero compartidos de recepción, circulación y articulación.

Las reverberaciones de los marxismos en América Latina constituyen, en suma, un continente en sí mismo. Con vistas a convocar a un diálogo continental entre los investigadores e investigadoras consagrados al estudio de los marxismos latinoamericanos, estas jornadas proponen una zona de interrogación del vínculo entre el marxismo y América Latina desde las herramientas de la historia intelectual y cultural.

Algunos ejes sugeridos:

Balances historiográficos y estados de la cuestión del marxismo latinoamericano. (No) lugar de Latinoamérica en los grandes relatos del marxismo. Marxismo clásico, marxismo occidental y marxismos latinoamericanos. José Carlos Mariátegui como paradigma de la “latinoamericanización” del marxismo. Los riesgos de la canonización y el problema de la excepcionalidad. Discusiones y nuevas lecturas. Las historias globales, las historias regionales, las historias nacionales y los estudios de caso del marxismo latinoamericano. Avances hacia una historia transnacional del marxismo.

Geografías del marxismo latinoamericano. Mapeo de las diversas tradiciones, elaboración de tipologías y problemas de periodización.

Marxismo y marxistas. Los marxistas latinoamericanos: itinerarios, biografías y prosopografías. El problema de las generaciones. Los colectivos: el Grupo Marxista de Bogotá, la Mesa redonda de los marxistas mexicanos, el Club de Cultura Socialista de Buenos Aires. Los viajeros latinoamericanos a Moscú, a Pekín y a París. Los marxistas europeos exiliados en América Latina (Trotsky, Serge, Sánchez Vázquez, Mondolfo), los latinoamericanos en Europa (Laclau, Gutiérrez Girardot), los exiliados y los migrantes dentro del continente (Ponce, Zemelman, Aricó, Portantiero, Bolívar Echeverría). El caso de los marxistas alemanes en América Latina: de Avé-Lallemant y Otto Rühle, a Gunder Frank, Norbert Lechner y Franz Hinkelammert.

Marxismo, historia e historiografía. Marx y América Latina. Las lecturas marxistas de América Latina, de Sergio Bagú a Gunder Frank, Luis Vitale y Enrique Semo. El debate latinoamericano sobre los modos de producción: Puiggrós, Milcíades Peña, Caio Prado Jr., Sempat Assadourian, Santana Cardoso, Ciafardini, Garavagia, Laclau. El marxismo y las clases sociales en América Latina. La historia obrera de inspiración marxista. C.L.R. James, los jacobinos negros y la “historia desde abajo”. Los estudios marxistas sobre la esclavitud, sobre el campesinado y sobre la “cuestión del indio” americano. Las complejas relaciones entre el marxismo y la Teoría de la dependencia. Teorías marxistas del populismo, teorías populistas del marxismo.

El marxismo y la teoría política. El marxismo y la cuestión del Estado: abordajes teóricos y realidades políticas contemporáneas, de Silvio Frondizi a Portantiero, de Lechner a Holloway. Los marxistas latinoamericanos y el derecho: Lucio Rébori, García Barceló, Enrique Marí, Carlos Cárcova, Novoa Monreal, Oscar Correas, Víctor Manuel Moncayo. El marxismo y el problema del poder. Lecturas latinoamericanas de Lenin. El foquismo, etapa superior del sustituismo. Marxismo y democracia: Flores Olea, González Casanova. El debate Holloway. Foucault en América Latina.

El marxismo latinoamericano y el problema de la recepción de las ideas. Cuestiones en torno a las nociones de “recepción”, “repetición”, “aplicación” y “creación”. Las primeras recepciones del marxismo en la América Latina del siglo XIX. Ecos continentales de la Comuna de París y la Primera internacional en la prensa del continente. Los primeros lectores y difusores de Marx: Juan Mata Rivera, Tobias Barreto, el Vorwärts y Germán Avé-Lallemant. El marxismo en la formación del movimiento obrero latinoamericano: el argentino Juan B. Justo, el chileno Recabarren, el peruano Mariátegui y el mexicano Lombardo Toledano. Cultura marxista y cultura obrera. Lecturas anarquistas del marxismo.

Marxismo, partidos y culturas políticas. El marxismo de los primeros partidos socialistas latinoamericanos. El marxismo de los partidos comunistas. El marxismo trotskista. El marxismo guevarista. El marxismo de la “nueva izquierda”.

Los marxismos latinoamericanos y las revoluciones sociales del siglo XX. La Revolución Mexicana, la Revolución Rusa, la Revolución China, la Revolución Cubana, la Revolución Sandinista. El marxismo ante el derrumbe de los socialismos reales. Las “crisis del marxismo” en América Latina, los posmarxismos y los neomarxismos latinoamericanos.

El marxismo y los intelectuales. Presencia de Marx y del marxismo en el pensamiento latinoamericano. El marxismo humanista, el marxismo lukacsiano, el marxismo gramsciano, el marxismo sartreano, el marxismo althusseriano, el marxismo frankfurtiano. Los críticos de Marx: liberales, conservadores, nacionalistas, cristianos. Las críticas de figuras como Ernesto Quesada, Vaz Ferreyra, José Vasconcelos, Haya de la Torre, Antonio Caso y Georg Nicolai. Operaciones intelectuales, apropiaciones y debates. Marxismo y positivismo. Marxismo e idealismo filosófico. Marxismo e indigenismo.

Marxismo, cristianismo, nacionalismo. Los cristianos marxistas, la Filosofía y la Teología de la Liberación: de Camilo Torres a Gustavo Gutiérrez, Otto Maduro, Enrique Dussel y Frei Betto. Marxismo y nacionalismo, marxismo y pensamiento poscolonial: de Haya de la Torre a Jorge Abelardo Ramos, y de Ramos a Aníbal Quijano, Edgardo Lander, Santiago Castro-Gómez y Walter Mignolo.

Marxismo y movimientos sociales. Marxismo y ecologismo. Marxismo y movimientos alterglobalización.

Marxismo y feminismos. Lecturas de los clásicos en clave feminista y latinoamericana. Relecturas locales del feminismo socialista europeo. Marxismo y agenda LGTBI. Marxismos latinoamericanos y teoría queer.

El marxismo y la filosofía. Del materialismo dialéctico a la filosofía de la praxis. Adolfo Sánchez Vázquez. Marxismo y materialismo filosófico. Marxismo y positivismo. El marxismo en la reacción antipositivista de los años ’20. Lecturas latinoamericanas de Hegel y Marx. El problema de la dialéctica: Eli de Gortari y Carlos Astrada. Marxismo y alienación: Ludovico Silva. El concepto de ideología. Marxismo e historicismo. Rodolfo Mondolfo. El marxismo sartreano en América Latina. La recepción latinoamericana de Gramsci: Aricó, Portantiero, Coutinho, Konder y Kanoussi. El marxismo y la filosofía de las ciencias: Alejandro Lipschutz. Marxismo y positivismo lógico. Marxismo y pavlovismo. Marxismo y psicoanálisis: Marie Langer, León Rozitchner, Estanislao Zuleta. El desafío del estructuralismo. Los althusserianos latinoamericanos. La obra de José Sazbón. Entre Marx y Heidegger: Oscar del Barco. José Arthur Gianotti y el marxismo filosófico en el Brasil. El marxismo analítico.

El marxismo y las ciencias sociales latinoamericanas. El marxismo y las ciencias, el marxismo como ciencia. Marxismo contra sociología, marxismo como sociología. Marxismo y antropología. El marxismo y la crítica de la Economía Política en América Latina. El ciclo del marxismo fuera de la universidad. De los años ‘60 a los ‘80: el ingreso  del marxismo a la Universidad Latinoamericana. Marxismos militantes y marxismos académicos.

El marxismo impreso. Libros, folletos, revistas y emprendimientos editoriales sobre Marx y marxismo en América Latina. Los intelectuales-editores: José Aricó, Caio Prado Jr., Adolfo Sánchez Vázquez. Juan B. Justo, Wencenslao Roces, García Vacca, Jaramillo Vélez y los traductores de Marx en América Latina. Las revistas de cultura marxista: de Dialéctica a Pasado y Presente, y de Argumentos a Cuadernos Políticos. Las librerías de izquierda y la cultura marxista. La divulgación marxista, de Bebel a Politzer, y de Lefebvre a Marta Harnecker. Los libros de iniciación. Los cursos de introducción. Los grupos de estudio: el caso del Grupo de lectura de El Capital de São Paulo de Paul Singer y Fernando Henrique Cardoso. Marxismo y dictaduras: los libros prohibidos, los seminarios de formación, los marxismos subterráneos.

Marxismo, estética y vanguardias artísticas. Los debates sobre arte y sociedad desde el marxismo. La cuestión de las vanguardias, la función del arte y el problema de la representación. El realismo socialista. Sobre la posibilidad de una estética marxista. Marxismo, arte y mundo obrero y popular en América Latina.

El marxismo como lenguaje y el marxismo en imágenes. Lenguajes e iconografías de los marxismos latinoamericanos. Marx y marxismo en la literatura y en la crítica cultural latinoamericana: Antonio Candido, José Revueltas, David Viñas, Ángel Rama, García Canclini, Roberto Schwarz. El marxismo en imágenes, de la historieta a los medios audiovisuales.


Presentación de los trabajos

La fecha límite de entrega de resúmenes está prevista para el 3 de agosto de 2015, y la fecha límite de entrega de ponencias para el 22 de septiembre de 2015.
En el encabezamiento de los resúmenes y ponencias deberá constar: Autor//a/s; Título; Eje temático específico sugerido entre los propuestos (o bien sugerir un nuevo eje); Pertenencia institucional; Dirección postal; Correo electrónico.

Resúmenes: tendrán una extensión de entre 400 y 500 palabras, a espacio y medio, letra Times New Roman 12, en Word. Sobre la base de los resúmenes recibidos, se realizarán tanto una pre-evaluación para la aceptación de las ponencias, como un primer agrupamiento tentativo en mesas, por lo que se sugiere respetar la extensión del resumen y asignar a su redacción la mayor claridad y precisión posibles. Deberán enviarse a: viiijornadas@cedinci.org, asunto "Resumen”.

Ponencias: tendrán una extensión máxima de 20 páginas a espacio y medio (incluyendo notas, cuadros, etc.), en hoja tamaño A4, letra Times New Roman 12, con notas al pie en Times New Roman 10 con datos bibliográficos completos (Se solicita especificar si se requiere de soportes audiovisuales para la exposición).
Las mesas se organizarán en función de los trabajos recibidos y aceptados y de los investigadores invitados a participar en las Jornadas. El Comité Organizador ejercerá las funciones de comité evaluador de las presentaciones, o bien recurrirá a la evaluación externa cuando lo juzgue necesario, y comunicará a los investigadores y las investigadoras, cuyos trabajos hayan sido aceptados, la mesa, día y horario asignados.

Inscripción
Expositore/a/s
Investigadore/a/s locales: 300 (trescientos pesos argentinos).
Estudiantes: 150 (ciento cincuenta pesos argentinos).
Investigadore/a/s extranjeros: U$S 100 dólares.
Estudiantes extranjero/a/s: U$S 50 dólares.

Las jornadas son abiertas y gratuitas para el público en general. Si se solicita certificado de asistencia el costo es de 100 pesos.

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