Buenos
Aires, Argentina, 18, 19 y 20 de noviembre de 2015
Organiza
Centro de Documentación e
Investigación
de la Cultura de Izquierdas /
Universidad
Nacional de San Martín
Comité académico
Carlos Aguirre (University
of Oregon, Estados Unidos), Claudio Batalha (UNICAMP, Brasil)
Martín Bergel (UNQ/CeDInCI/Conicet,
Argentina), Bruno Bosteels (Cornell University,
Estados Unidos), Juan Carlos Celis Ospina (Universidad Nacional
de Colombia), Valeria Coronel (Flacso, Ecuador), Laura Fernández Cordero
(CeDInCI/UNSAM/Conicet, Argentina), Stefan Gandler (UNAM,
México), Bruno Groppo (CNRS, Francia), Dainis Karepovs (Centro de Documentação do Movimento Operário Mario Pedrosa, Brasil), Michael Löwy (CNRS, Francia), Ricardo Melgar (INAH, México), Massimo Modonesi (UNAM, México), Adriana Petra (CeDInCI/UNSAM/Conicet,
Argentina), Andrey Schelchkov (Instituto de Historia Universal
de la Academia de las Ciencias, Rusia), Horacio Tarcus (CeDInCI/UNSAM/Conicet,
Argentina), Olga Uliánova (USACH, Chile), Víctor Vich (IEP/PUCP, Perú)
Comité
Organizador
Martín Bergel (UNQ/CeDInCI/Conicet), Natalia Bustelo (CeDInCI/UNSAM,
UBA/ Conicet), Mariana Canavese (CeDInCI/UNSAM, UBA/Conicet), Adrián Celentano
(FHCE/UNLP), Laura Fernández Cordero (CeDInCI/UNSAM/Conicet), Lucas Domínguez Rubio (CeDInCI/UNSAM/Conicet), Diego
García (Universidad Nacional de Córdoba), Adriana Petra CeDInCI/UNSAM/Conicet),
Ariel Petruccelli (Universidad Nacional del Comahue)
Primera circular
Ha transcurrido un siglo y medio desde que llegaron
a América Latina los incipientes ecos de la Asociación Internacional de los
Trabajadores. Con ellos y detrás de ellos, el nombre de Karl Marx aparecía por
primera vez en la prensa del continente. Era el comienzo de una historia
compleja, signada por los más intrincados procesos de recepción, adaptación, traducción,
aclimatación, aculturación, hibridación o antropofagización, según ha querido
pensárselos desde perspectivas diversas. Si dejamos afuera las visiones más
simplistas y exteriores de la relación entre Marx y América Latina (una de
ellas es la que concibe al marxismo como una teoría universal disponible para
su aplicación en cualquier tiempo y
lugar; la otra es la que lo data y lo localiza de modo tan radical que termina
reduciéndolo a una astucia de la razón eurocéntrica), descubrimos una historia
densa en lecturas, usos y apropiaciones, rica en perplejidades y malentendidos,
encuentros y desencuentros.
Es hoy un saber aceptado que las relaciones entre
Marx y América Latina nacieron bajo la forma de un doble desencuentro: el de
Marx con América Latina —cuyo revelador más evidente fue su diatriba contra Bolívar,
por no hablar de los textos de Engels sobre la invasión francesa a México— y el
de América Latina con Marx —si traemos a cuento aquel texto de Martí de 1883
que rendía honores a Marx por haberse puesto del lado de los humildes, pero le
reprochaba predicar el odio de clases y no la religión del amor. La negación de
este desencuentro llevó a los comunismos más dogmáticos a reducir la compleja
realidad histórica y geográfica del continente a los esquemas del marxismo
realmente existente; mientras que su afirmación como términos por principio excluyentes
condujo a los populismos latinoamericanos a la celebración de una
excepcionalidad cultural irreductible a categorías universales. Sin embargo,
entre una y otra postura extrema y a expensas de ambas, fue entretejiéndose a
lo largo de un siglo y medio una densa red de marxismos latinoamericanos en las
culturas nacionales del continente, al punto tal que, como señalaba Adolfo
Sánchez Vázquez en 1988, el marxismo terminó por convertirse en América Latina
“en un elemento sustancial de su cultura”. Sin atender a sus diversas
dimensiones, formas y figuras, sostenía entonces el filósofo hispano-mexicano, no
podría escribirse la historia de las ideas en América Latina.
Desde luego que la historia de los marxismos
latinoamericanos no comienza hoy. En 1980 surgieron los ensayos pioneros que se
propusieron pensarlos en la media duración del siglo XX. Michael Löwy trazó entonces
una historia que atendió sobre todo a la dimensión política de los marxismos y
sus debates estratégicos; José Aricó ensayó por la misma época una
periodización más amplia, que remontaba a las últimas décadas del siglo XIX y
se centraba en los procesos de recepción y difusión del marxismo en América
Latina, mientras que Sánchez Vázquez y Raúl Fornet-Betancourt propusieron algunos
años después, y cada uno por su lado, historias filosóficas del marxismo
latinoamericano. En todos estos relatos le cupo al marxismo del peruano José
Carlos Mariátegui un rol fundacional y al período de hegemonía comunista una
función de estagnación, mientras que se le asignaba al ciclo iniciado en 1959 con
la Revolución cubana una renovación que consistía al mismo tiempo una restauración
(un nuevo intento de “naturalizar el marxismo en América Latina”). Esta
negación de la negación alcanzaba su clímax en el marxismo del Che Guevara.
Estos estudios se nos aparecen hoy tan
imprescindibles como insuficientes. Sin desconocer su deuda con ellos, los
desarrollos recientes en el campo de la historia de los intelectuales han
puesto el foco en ciertas figuras de algún modo descentradas respecto de estos grandes
relatos, como El marxismo olvidado en la
Argentina (1996) de Horacio Tarcus, que se ocupaba de Silvio Frondizi y
Milcíades Peña, cuya heterodoxia y productividad teórica ya se habían
desplegado antes del estallido de la Revolución cubana; De Ingenieros al Che (2000) de Néstor Kohan, que se esforzaba en
identificar gestos de heterodoxia e intentos de creatividad detrás de la
ortodoxia comunista, o Marxismo crítico
en México (2007) de Stefan Gandler, que presentaba el carácter periférico
de dos filósofos como Sánchez Vázquez y Bolívar Echeverría, no como desventaja
sino como condición para la producción de un marxismo no eurocéntrico.
En la misma perspectiva, toda una serie de nuevos
estudios desarrollados en los últimos veinticinco años al amparo de la historia
intelectual se descentraron de los nombres de las grandes figuras políticas o teóricas
para atender a procesos culturales de mayor amplitud que involucran no sólo las
figuras extremas —de un lado, el filósofo productor (Marx), y de otro, sus
grandes lectores periféricos como Mariátegui y el Che—, sino toda la cadena de
mediadores, involucrando figuras “secundarias” y géneros “menores”,
visibilizando así la labor de las y los editores, traductores, libreros, educadores,
divulgadores, periodistas... Las disimetrías entre la producción del centro y
los consumos de la periferia son reinterpretadas en los términos de la
circulación internacional de las ideas, con sus procesos de recepción activa y
selectiva, con sus operaciones de cita y de marcado. El foco que los grandes
relatos ponían en los autores individuales se refracta en un haz que busca
iluminar la producción de los colectivos intelectuales, como por ejemplo las
revistas. Basta pensar en los marxismos que ponen en circulación las diversas Claridad (las dos de Buenos Aires, la de
Santiago y la de Lima), o en caso de las revistas propiamente marxistas, las
sucesivas Dialéctica (la argentina de
Aníbal Ponce de 1936, la cubana de Carlos Rafael Rodríguez de 1942 o la
mexicana de Vargas Lozano de 1976), o las revistas marxistas de la nueva
izquierda, desde Pasado y Presente de
Córdoba hasta Cuadernos Políticos de
México, pasando por Argumentos de
Bogotá o Pensamiento Crítico de La
Habana.
Desplazando la noción de influencia propia de la historia de las ideas, la noción de recepción, ya presente en los ensayos de
Aricó y de Fornet-Betancourt, fue adquiriendo relevancia creciente en los
estudios de historia intelectual de los marxismos latinoamericanos. El propio
Aricó principió con La cola del diablo.
Itinerario de Gramsci en América Latina (1988), abriendo una senda que se
enriqueció doce años después con los estudios reunidos por Dora Kanoussi en el
volumen Gramsci en América (2000). A
ellos siguieron diversos ensayos de recepción como el de Marcelo Alvarado sobre
Labriola en Chile (2006) o el de Isabel Loureiro sobre Rosa Luxemburgo no Brasil (2008). Esta noción iba a adquirir
centralidad en la obra colectiva más ambiciosa de este género: la História do marxismo no Brasil (1991-2007),
que consagra buena parte de sus seis volúmenes a los procesos de recepción que provocaron
en el país del Amazonas las grandes revoluciones, desde la Rusa hasta la
Cubana, o que suscitaron los marxismos del siglo XX, de Lenin a Mao, pasando
por Trotsky, Lukács, Gramsci y Althusser. Por su parte, en su Marx en la Argentina (2007), Tarcus
propuso una conceptualización de la noción de recepción al mismo tiempo que
ofreció un estudio sobre los primeros lectores obreros, intelectuales y científicos
del autor de El Capital en las
últimas décadas del siglo XIX.
Ahora bien: si los nuevos desarrollos, centrados en
figuras, formaciones o experiencias nacionales del marxismo latinoamericano
enriquecen, complejizan o discuten con beneficio de inventario los relatos
elaborados hace décadas por Aricó, Löwy, Sánchez Vázquez o Fornet-Betancourt,
lo que han ganado en profundidad lo han perdido en perspectiva continental. Esta
ausencia se hace más resonante en la História
do marxismo no Brasil, la obra más ambiciosa de la nueva producción. Ciertamente,
somos conscientes de que la unidad cultural de América Latina es, antes que una
realidad, un deseo o una utopía. Y así como perdió vigencia la pregunta por la
“filosofía latinoamericana”, deberíamos tener precaución a la hora de dar por presupuesto un “marxismo
latinoamericano”. Por eso hablamos aquí de “marxismos latinoamericanos” en
plural. Sin embargo, tampoco estamos pensando en los marxismos latinoamericanos
como una mera suma de experiencias nacionales, sino en procesos diversos pero
compartidos de recepción, circulación y articulación.
Las
reverberaciones de los marxismos en América Latina constituyen, en suma, un
continente en sí mismo. Con vistas a convocar a un diálogo
continental entre los investigadores e investigadoras consagrados al estudio de
los marxismos latinoamericanos, estas jornadas
proponen una zona de interrogación del vínculo entre el marxismo y América
Latina desde las herramientas de la historia intelectual y cultural.
Algunos ejes sugeridos:
Balances
historiográficos y estados de la cuestión del marxismo latinoamericano. (No)
lugar de Latinoamérica en los grandes relatos del marxismo. Marxismo clásico,
marxismo occidental y marxismos latinoamericanos. José Carlos Mariátegui como paradigma de la
“latinoamericanización” del marxismo. Los riesgos de la canonización y el
problema de la excepcionalidad. Discusiones y nuevas lecturas. Las historias globales, las historias regionales,
las historias nacionales y los estudios de caso del marxismo latinoamericano. Avances
hacia una historia transnacional del marxismo.
Geografías
del marxismo latinoamericano. Mapeo de las diversas tradiciones,
elaboración de tipologías y problemas de periodización.
Marxismo
y marxistas. Los marxistas latinoamericanos: itinerarios, biografías y
prosopografías. El problema de las generaciones. Los colectivos: el Grupo
Marxista de Bogotá, la Mesa redonda de los marxistas mexicanos, el Club de
Cultura Socialista de Buenos Aires. Los viajeros latinoamericanos a Moscú, a
Pekín y a París. Los marxistas europeos exiliados en América Latina (Trotsky,
Serge, Sánchez Vázquez, Mondolfo), los latinoamericanos en Europa (Laclau,
Gutiérrez Girardot), los exiliados y los migrantes dentro del continente
(Ponce, Zemelman, Aricó, Portantiero, Bolívar Echeverría). El caso de los
marxistas alemanes en América Latina: de Avé-Lallemant y Otto Rühle, a Gunder
Frank, Norbert Lechner y Franz Hinkelammert.
Marxismo,
historia e historiografía. Marx y América Latina. Las lecturas
marxistas de América Latina, de Sergio Bagú a Gunder Frank, Luis Vitale y
Enrique Semo. El debate latinoamericano sobre los modos de producción: Puiggrós,
Milcíades Peña, Caio Prado Jr., Sempat Assadourian, Santana Cardoso, Ciafardini,
Garavagia, Laclau. El marxismo y las clases sociales en América Latina. La
historia obrera de inspiración marxista. C.L.R. James,
los jacobinos negros y la “historia desde abajo”. Los
estudios marxistas sobre la esclavitud, sobre el campesinado y sobre la
“cuestión del indio” americano. Las complejas relaciones entre el marxismo y la
Teoría de la dependencia. Teorías marxistas del populismo, teorías populistas
del marxismo.
El
marxismo y la teoría política. El marxismo y la cuestión del Estado:
abordajes teóricos y realidades políticas contemporáneas, de Silvio Frondizi a
Portantiero, de Lechner a Holloway. Los
marxistas latinoamericanos y el derecho: Lucio Rébori, García Barceló, Enrique
Marí, Carlos Cárcova, Novoa Monreal, Oscar Correas, Víctor Manuel Moncayo. El marxismo y el problema del poder. Lecturas
latinoamericanas de Lenin. El foquismo, etapa superior del sustituismo. Marxismo
y democracia: Flores Olea, González Casanova. El debate Holloway. Foucault en
América Latina.
El
marxismo latinoamericano y el problema de la recepción de las ideas.
Cuestiones en torno a las nociones de “recepción”, “repetición”, “aplicación” y
“creación”. Las primeras recepciones del marxismo en la América Latina del
siglo XIX. Ecos continentales de la Comuna de París y la Primera internacional
en la prensa del continente. Los primeros lectores y difusores de Marx: Juan
Mata Rivera, Tobias Barreto, el Vorwärts
y Germán Avé-Lallemant. El marxismo en la formación del movimiento obrero
latinoamericano: el argentino Juan B. Justo, el chileno Recabarren, el peruano
Mariátegui y el mexicano Lombardo Toledano. Cultura marxista y cultura obrera.
Lecturas anarquistas del marxismo.
Marxismo,
partidos y culturas políticas. El marxismo de los primeros partidos
socialistas latinoamericanos. El marxismo de los partidos comunistas. El
marxismo trotskista. El marxismo guevarista. El marxismo de la “nueva
izquierda”.
Los
marxismos latinoamericanos y las revoluciones sociales del siglo XX. La
Revolución Mexicana, la Revolución Rusa, la Revolución China, la Revolución Cubana,
la Revolución Sandinista. El marxismo ante el derrumbe de los socialismos
reales. Las “crisis del marxismo” en América Latina, los posmarxismos y los
neomarxismos latinoamericanos.
El
marxismo y los intelectuales. Presencia de Marx y del marxismo en
el pensamiento latinoamericano. El marxismo humanista, el marxismo lukacsiano, el
marxismo gramsciano, el marxismo sartreano, el marxismo althusseriano, el
marxismo frankfurtiano. Los críticos de Marx: liberales, conservadores,
nacionalistas, cristianos. Las críticas de figuras como Ernesto Quesada, Vaz
Ferreyra, José Vasconcelos, Haya de la Torre, Antonio Caso y Georg Nicolai. Operaciones
intelectuales, apropiaciones y debates. Marxismo y positivismo. Marxismo e
idealismo filosófico. Marxismo e indigenismo.
Marxismo,
cristianismo, nacionalismo. Los cristianos marxistas, la Filosofía y la Teología
de la Liberación: de Camilo Torres a Gustavo Gutiérrez, Otto Maduro, Enrique
Dussel y Frei Betto. Marxismo y nacionalismo, marxismo y
pensamiento poscolonial: de Haya de la Torre a Jorge Abelardo Ramos, y de Ramos
a Aníbal Quijano, Edgardo Lander, Santiago
Castro-Gómez y Walter Mignolo.
Marxismo
y movimientos sociales. Marxismo y ecologismo. Marxismo y
movimientos alterglobalización.
Marxismo
y feminismos. Lecturas de los clásicos en clave feminista y
latinoamericana. Relecturas locales del feminismo socialista europeo. Marxismo
y agenda LGTBI. Marxismos latinoamericanos y teoría queer.
El
marxismo y la filosofía. Del materialismo dialéctico a la
filosofía de la praxis. Adolfo Sánchez Vázquez. Marxismo y materialismo
filosófico. Marxismo y positivismo. El marxismo en la reacción antipositivista
de los años ’20. Lecturas latinoamericanas de Hegel y Marx. El problema de la
dialéctica: Eli de Gortari y Carlos Astrada. Marxismo y alienación: Ludovico
Silva. El concepto de ideología. Marxismo e historicismo. Rodolfo Mondolfo. El
marxismo sartreano en América Latina. La recepción latinoamericana de Gramsci:
Aricó, Portantiero, Coutinho, Konder y Kanoussi. El marxismo y la filosofía de
las ciencias: Alejandro Lipschutz. Marxismo y positivismo lógico. Marxismo y
pavlovismo. Marxismo y psicoanálisis: Marie Langer, León Rozitchner, Estanislao
Zuleta. El desafío del estructuralismo. Los althusserianos latinoamericanos. La
obra de José Sazbón. Entre Marx y Heidegger: Oscar del Barco. José Arthur
Gianotti y el marxismo filosófico en el Brasil. El marxismo analítico.
El
marxismo y las ciencias sociales latinoamericanas. El
marxismo y las ciencias, el marxismo como ciencia. Marxismo contra sociología,
marxismo como sociología. Marxismo y antropología. El marxismo y la crítica de
la Economía Política en América Latina. El ciclo del marxismo fuera de la
universidad. De los años ‘60 a los ‘80: el ingreso del marxismo a la Universidad
Latinoamericana. Marxismos militantes y marxismos académicos.
El
marxismo impreso. Libros, folletos, revistas y emprendimientos editoriales
sobre Marx y marxismo en América Latina. Los intelectuales-editores: José
Aricó, Caio Prado Jr., Adolfo Sánchez Vázquez. Juan B. Justo, Wencenslao Roces,
García Vacca, Jaramillo Vélez y los traductores de Marx en América Latina. Las
revistas de cultura marxista: de Dialéctica
a Pasado y Presente, y de Argumentos a Cuadernos Políticos. Las librerías de izquierda y la cultura
marxista. La divulgación marxista, de Bebel a Politzer, y de Lefebvre a Marta
Harnecker. Los libros de iniciación. Los cursos de introducción. Los grupos de
estudio: el caso del Grupo de lectura de El
Capital de São Paulo de Paul Singer y Fernando Henrique Cardoso. Marxismo y
dictaduras: los libros prohibidos, los seminarios de formación, los marxismos
subterráneos.
Marxismo,
estética y vanguardias artísticas. Los debates sobre arte y sociedad
desde el marxismo. La cuestión de las vanguardias, la función del arte y el
problema de la representación. El realismo socialista. Sobre la posibilidad de
una estética marxista. Marxismo, arte y mundo obrero y popular en América
Latina.
El
marxismo como lenguaje y el marxismo en imágenes.
Lenguajes e iconografías de los marxismos latinoamericanos. Marx y marxismo en
la literatura y en la crítica cultural latinoamericana: Antonio Candido, José
Revueltas, David Viñas, Ángel Rama, García Canclini, Roberto Schwarz. El
marxismo en imágenes, de la historieta a los medios audiovisuales.
Presentación
de los trabajos
La
fecha límite de entrega de resúmenes está prevista para el 3 de agosto de 2015, y la fecha límite de entrega de ponencias para
el 22 de septiembre de 2015.
En
el encabezamiento de los resúmenes y ponencias deberá constar: Autor//a/s;
Título; Eje temático específico sugerido entre los propuestos (o bien sugerir
un nuevo eje); Pertenencia institucional; Dirección postal; Correo electrónico.
Resúmenes: tendrán una extensión
de entre 400 y 500 palabras, a espacio y medio, letra Times New Roman 12, en
Word. Sobre la base de los resúmenes recibidos, se realizarán tanto una
pre-evaluación para la aceptación de las ponencias, como un primer agrupamiento
tentativo en mesas, por lo que se sugiere respetar la extensión del resumen y
asignar a su redacción la mayor claridad y precisión posibles. Deberán enviarse
a: viiijornadas@cedinci.org, asunto
"Resumen”.
Ponencias: tendrán
una extensión máxima de 20 páginas a espacio y medio (incluyendo notas,
cuadros, etc.), en hoja tamaño A4, letra Times New Roman 12, con notas al pie
en Times New Roman 10 con datos bibliográficos completos (Se solicita
especificar si se requiere de soportes audiovisuales para la exposición).
Las
mesas se organizarán en función de los trabajos recibidos y aceptados y de los
investigadores invitados a participar en las Jornadas. El Comité Organizador
ejercerá las funciones de comité evaluador de las presentaciones, o bien recurrirá
a la evaluación externa cuando lo juzgue necesario, y comunicará a los
investigadores y las investigadoras, cuyos trabajos hayan sido aceptados, la
mesa, día y horario asignados.
Inscripción
Expositore/a/s
Investigadore/a/s locales: 300 (trescientos pesos
argentinos).
Estudiantes: 150 (ciento cincuenta pesos argentinos).
Investigadore/a/s extranjeros: U$S 100 dólares.
Estudiantes extranjero/a/s: U$S 50 dólares.
Las jornadas son abiertas y gratuitas
para el público en general. Si se solicita certificado de asistencia el costo
es de 100 pesos.